Vincent y Theodore Van Gogh.
En medio de una de las habituales conversaciones con un querido amigo, hablamos sobre un evento que había ocurrido recientemente en esos días; la muerte del gran áctor estadounidense Kirk Douglas. Al sabor de un café expresso, recordamos varios grandes rodajes en los que fue protagonista durante su larga carrera. Espartaco (Spartacus), Senderos de Gloria (Paths of Glory) y El Loco del Pelo Rojo (Lust for Life) fueron las que mas comentamos. Precisamente, de esta última pélicula en la que se muestra la vida del pintor holandés Vincent Van Gogh, este gran amigo mío me habló detalladamente sobre la bella relación que guardaban los hermanos Van Gogh, Theodore y Vincent. Me recomendó entonces el libro "Cartas a Theo", una recolección de la extensa correspondencia que mantenían Vincent y su hermano menor.
Es un libro que se digiere con un gusto y trato diferente, puesto que no es una obra diseñada o estructurada en la mente de alguien, sino por el contrario, es la vida misma realatada a través de su propio protagonista. Son unos relatos que permiten ver el afecto y sobre todo la confianza que se tenían el uno al otro. El libro es rico en detalles de Vincent: colores y tonalidades, temperaturas y sensaciones, adversidades, hambrunas y desamores, y por supuesto momentos de felicidad que parecen más bien efímeros. Si bien Vincent Van Gogh no tuvo el reconocimiento en vida que merecía, lo que me queda claro es que era un visionario. El no pintaba para su época, el pintaba para los que después llegarían. Vincent lo sabía, y lo denota en las cartas. Me recuerda mucho la frase en latín: "POSTERIS LVMEN MORITVRVS EDAT", que traduce algo así como que quien ha de morir que deje su luz a la posteridad. Y era esto exactamente lo que pintaba Vincent, la luz. Es imposible no observar uno de sus cuadros y sentirse radiado.
En cuanto a las adaptaciones al cine, puedo resumir de una muy general 4 filmes al respecto:
El Loco del Pelo Rojo (1956) muestra un gran panorama de los ambientes en que Vincent vivió, las personas y las relaciones que mantuvo. Kirk Douglas (nominado al Óscar por esta interpretación) representa un apasionado Vincent que transpira emociones por sus poros. Aquí se rescata la afinidad de Vincent por el prójimo, especialmente el de las clases obreras, los menos favorecidos. Pasando de mostrarlo trabajando en una mina en unas condiciones inauditas y mortales, hasta la convivencia con una muy pobre prostituta y su hijo, de la cual pintaría un sobrecogedor retrato titulado Sorrow.
Van Gogh: Pintado con Letras (2010) este es un documental muy completo y con un acercamiento mucho más intimo a Vincent. Benedict Cumberbatch lo representa impecablemente, evidenciando la doble personalidad que trastoca a Vincent y que lo lleva de la calma a la desesperación en un carrusel infinito, hecho que se vería con más frecuencia hacia los años finales de su vida. Algo para destacar notablemente es que todas las palabras que pronuncia Vincent en este documental son extraídas directamente de sus cartas a Theo (y una a su cuñada, Jo).
Cartas de Van Gogh (2017), es una cinta animada con pinturas al estilo Van Gogh, lo cual la convierte en un espectáculo admirable de ver por si sola. En cuanto a la historia, se usaron más de 65000 pinturas para recrear la animación que se muestra en este filme, ambientada un año después de la vida de Vincent, y que tiene como protagonista a Armand Roulin, hijo del cartero amigo de Vincent, en una última entrega de una carta de Vincent a Theo. En el filme se percibe una narrativa al estilo de las series de crímenes e investigaciones de televisión modernas, y lo que en un principio comienza con una pesquisa de cómo murió Vincent, termina en algo mucho más global e interesante: el cómo vivió. Algo a remarcar indudablemente es el uso de las pinturas en color para representar el tiempo presente, y el dibujo a blanco y negro con carbón para referirse al pasado. Brillante representación del cómo inicio y terminó realizando dibujos y pinturas Vincent.
Van Gogh, A las Puertas de la Eternidad (2018), Willem Dafoe, sobre sus 60 años de vida, encarna a Vincent y nos regala a los espectadores una perspectiva mucho más cruda, más interiorizada y mostrando en parte el mundo terrenal como lo debió haber percibido Vincent. Muchas de las tomas son en primera persona, y jugando con colores y perspectivas. El hecho de que Dafoe sea (y luzca) más viejo de lo que era Vincent (37 años) no resta credibilidad a la interpretación. Por el contrario, hay detalles que se acercan a la realidad, como la pobre fluidez al hablar en francés que tenía Vincent. Dafoe fue nominado al premio Óscar por este papel.
La imagen de portada de esta entrada en el blog, es un autoretrato hecho en digital, tomando una fotografía realizada por mi esposa. Un escueto, simple, humilde homenaje a Vincent de mi parte.
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